Cuando comenzamos a ejercer nuestra profesión como médicos nos enfrentamos a nuevos desafíos de nuestra vida ya hemos recorrido un largo camino y llegado a una meta que divide nuestra vida en dos, terminamos nuestra formación y comenzamos a rentabilizar la profesión, monetizamos nuestro conocimiento. En ese momento estamos llenos de teoria sobre nuestra especialidad, hemos tenido la oportunidad de desarrollar algo de práctica y ahora nos enfrentamos a lo que será el resto de nuestra vida. En ese momento ya deberíamos tener definido qué queremos hacer, cómo vemos nuestra vida a futuro. La diferencia de cómo cada uno de nosotros lo enfrente, determinará lo que alcancemos.
Antes de tomar cualquier decisión debes tener en cuenta varios aspectos: define tus expectativas de tu vida, ¿cómo consideras que sería una vida exitosa? ¿Cuál es el estilo de vida que te gustaría tener? Piensa en el equilibrio que debe haber entre tu vida y el trabajo, cuál sería tu propio ideal? ¿Cuáles son tus intereses personales, que te gusta más, la investigación, la docencia, la atención directa a los pacientes, la administración? Evalúa para qué eres mejor, eres bueno comunicándote?, cuáles son tus habilidades innatas?, que se te da bien?, ¿qué te resulta fácil y natural?, ¿cuál es tu talento? ¿Cómo estás en tus habilidades de liderazgo? ¿Cómo es el mercado laboral donde vas a desempeñarte? ¿Cuáles son las áreas que te interesan? Observa cómo se ven tus colegas que llevan más de 10 años trabajando y evalúa con cuál te identificas, enumera sus características y saca lo positivo. De todas las respuestas a estos cuestionamientos saldrá la base de lo que deseas construir.
En el espectro de oportunidades hay una clara división y es importante que nos ubiquemos en una de ellas como nuestra expectativa soñada para que nuestra vida sea plena, debes considerar como factor importante, cuál es el grado de autonomía que quieres tener.
Basado en estos aspectos aparece una gran división de roles, el empleado o el emprendedor. En ocasiones no es una decisión autónoma, obedece más a las oportunidades del mercado y a la necesidad de comenzar rápido a generar ingresos, esto nos enfrenta a un proceso que es dinámico y nos puede llevar de un escenario a otro en un plazo corto, medio o largo, lo importante es que tengas clara dónde está tu meta, generalmente el balance entre la vida personal y laboral que deseamos es el que debería guiar nuestras decisiones.
Ser empleado significa que habrá una dependencia laboral, habrá algún grado de subordinación, la remuneración generalmente tiene unas características definidas y con unos topes, tendrás que cumplir con unas funciones, horarios y lugar de trabajo establecido por un tercero, tendrás beneficios sociales y de salud garantizados y te serán asignadas tareas. El nivel de autonomía es bajo, la flexibilidad de los horarios será poca, el grado de responsabilidad será alto y tu opción de crecimiento generalmente es limitada.
Las características de la personalidad del empleado son: desarrollar habilidades en áreas en las que se siente menos competente con el objetivo de ser más completo como profesional. No le gusta correr riesgos, siente la necesidad de hacerlo todo por sí mismo, no confía en los demás, realiza múltiples tareas al mismo tiempo para cumplir con las exigencias del puesto aunque esto influya en la eficiencia de su actividad, suele evitar el riesgo y buscar seguridad en sus empleos, refiere mantenerse en lo seguro y evitan correr riesgos que puedan poner en peligro su estabilidad laboral.
Si estás buscando más orientación sobre cómo gestionar tu consultorio médico independiente o necesitas apoyo para maximizar tu potencial en el campo de la medicina, programa una asesoría para tu consultorio sin costo en este link Whatsapp. Nuestro compromiso es ser tu aliado en el camino hacia el éxito. ¡No dejes de explorar lo que Munbou puede ofrecerte para impulsar tu carrera médica independiente!